la vida es más sabrosa.
Ariel era el pez más pequeño del arrecife. Todas las mañanas despertaba con la inquietud de conocer más: todo el océano podría conocer, si acaso sus padres lo dejaran hacer nada, es decir nadar. Sus amigos contaban sobre los peligros del infinito; en todo ese universo existían bestias feroces capaz de devorar sin piedad. Pero toda esa palabrería no limitaban la curiosidad del pequeño pez
-¡Es muy peligroso salir del arrecife!- decían.
Pero a Ariel no le importaba; así que, poco a poco fue juntando un grupo de valientes peces para la exploración. El primer plan era conocer las fronteras del hogar.
Luego, sin avisar a sus padres... Ariel y el grupo se lanzarían a las puertas principales. ¡Plan de fuga!
Y comenzar el viaje por los siete mares.
Y comenzar el viaje por los siete mares.
Después de un tiempo volvieron. Ya no eran unos peces pequeños. Habían crecido. Al regresar, amaron a su arrecife, más que a otra cosa.
Fin.